Salchichón con Salmón

Historias geniales con Ilustraciones maravillosas


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Compañero de cuarto

Compañero de cuarto (1)

Y un día te dijeron vamos a meterte a este niño que sufrió tanto en el medio de tu casa. Yo lo hice sufrir, preguntaste incrédulo, toda la humanidad te respondieron. Pobre niño, dijiste, no tiene hogar. Fue echado de su hogar hace mucho, viajo, se perdió, vivió en muchos lugares, pero nunca tuvo un hogar, ahora este es su hogar, te dijeron. Acá dice que nació toda su historia. Qué raro pensaste vos, acá nació toda mi historia, pero bueno, que venga, siempre hay lugar para compartir en nuestro hogar. Y un día llegó, era muy parecido a vos, creíste que por ahí tenían alguna historia en común. Le prestaste tu mejor cuarto, le diste la mejor comida, lo mejor que tenías, así te habían enseñado a tratar a los huéspedes. Con este no tuviste otro remedio.

Y un día empezaron a llegarle regalos de sus padrinos del norte. Muchos regalos, más de los que habías recibido vos en toda tu vida. Y empezó a refaccionar el cuarto, el mejor, el que le habías dado. Te sorprendió con cuanto recurso contaba el niño triste. Empezó a levantar paredes en el medio del living común, de repente te diste cuenta que le tenías que pedir permiso a él para pasar al baño, o a la cocina para conseguir tu alimento. Y un día aquel niño triste te dijo que le tenías que dar aquella otra habitación porque vendrían muchísimos otros niños tristes desde muchos lugares. Vos sospechaste, no quisiste dárselo, y te fuiste a dormir. A la noche te levantaron unos ruidos fuertes en la otra habitación y te despertaste cuando te llenaron tu cuarto de escombros. Le fuiste a preguntar al niño triste el por qué de aquel atropello, pero no pudiste llegar ni siquiera a verlo. Te topaste con otros niños, pero ya no estaban tristes, parecían enojados con vos, por algo que vos desconocías.
Ahora estás triste y solo, guardado en el pequeño lugarcito que te dejaron, rezando para que no te lo arrebaten. Todavía te preguntas porque te encajaron a vos al niño triste, si no eras dueño de su tristeza.