Salchichón con Salmón

Historias geniales con Ilustraciones maravillosas


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Con lluvia, viaje.

viaje con luvia

Un día como hoy, el querido Samudio Valenciaga salió a la calle sin paraguas pero con lluvia.

Llenó sus bolsillos de agua cristalina que recogió, como de costumbre, de los baldes, tachos, pocillos que dejaba en la terraza cada noche.

Despues de aquella sopa inclasificable, jamás volvió a beber de ese agua. Samudio se había convencido de que no es posible andar por la vida tan vacío. Y tan literal como siempre, convirtió a su chaquetón marrón en un saco.

Samudio, ese día como hoy, fue un poco más allá y no solo guardo un poco de lluvia en su bolsillo izquierdo “para la mufa”. Metió cuanto centímetro cúbico pudo dentro de cada recoveco. Con los dos bolsillos rebosantes de purificadora agua salió a la calle. Esta vez necesitaba más fuerza, más ayuda, más protección. “Lo que cae del cielo es divino” decía. Samudio sabía que con tan frágil carga le era imposible hacer la rutina acostumbrada. Pero ese día como hoy, todo era diferente.

Después de una cuidadosísima caminata por las calles de siempre, y luego de sortear numerosos obstáculos que hicieron peligrar su llegada, arribó a su destino.

Samudio se paró frente a una casa verde de rejas negras bajas. Paso primero la pierna izquierda, con minuciosa atención, luego la derecha casi de un salto. No se dirigió hacia la puerta, se posó frente a una hermosa flor azul y le regaló su lluvia.